François Marie Charles Fourier (1772 - 1837)

François Marie Charles Fourier (Vida y obra)

François Marie Charles Fourier (1772-1837). Nació el 7 de abril de 1772 en Besanzón, Doubs, Franco Condado, (Francia) y murió el 10 de octubre de 1837 en París, Isla de Francia, (Francia). 

Fue un socialista francés de la primera parte del siglo XIX y uno de los padres del cooperativismo. Fourier fue un mordaz crítico de la economía y el capitalismo de su época. Adversario de la industrialización, de la civilización urbana, del liberalismo y de la familia basada en el matrimonio y la monogamia.

El carácter jovial con que Fourier hace algunas de sus críticas hace de él uno de los grandes satíricos de todos los tiempos.

Propuso la creación de unas unidades de producción y consumo, «las falanges» o «falansterios» basadas en un cooperativismo integral y autosuficiente así como en la libre persecución de lo que llamaba «pasiones» individuales y de su desarrollo; lo cual construiría un estado que llamaba «armonía».

En esta forma anticipa la línea de socialismo libertario dentro del movimiento socialista pero también líneas críticas de la moral burguesa y patriarcal basadas en la familia nuclear y en la moralidad cristiana restrictiva del deseo y el placer y por ende en parte al psicoanálisis.1 Así pues, el siglo XX encontró interés en las perspectivas libertarias de cuasi-hedonismo como las de Herbert Marcuse y su freudomarxismo, o las de André Breton, líder del movimiento surrealista.

En su proyecto de una sociedad socialista justa y feliz incorporó a la mujer como objeto de reflexión dentro su proyecto utópico.2 Su tesis de que la situación de las mujeres era un indicador del nivel de civilización de la sociedad fue literalmente asumida por el socialismo posterior.3 A Fourier se le ha atribuido durante años el inicio de la utilización de la palabra «feminismo»4 sin embargo estudios posteriores han demostrado que el concepto ya existía en el vocablo médico francés del siglo XIX.5

Asimismo usó en 1837 la palabra «féminisme»; y seguidores de sus ideas establecieron comunidades intencionales como «La Reunión en Texas (Estados Unidos)», y «La Falange Norteamericana», en Nueva Jersey, (Estados Unidos), a mediados del siglo XIX.

Biografía.

Interior de Falansterio
Interior de Falansterio

Nació en Besanzón, Doubs, Franco Condado, (Francia),6 hijo de un modesto hombre de negocios, Fourier estaba más interesado en la arquitectura que en los negocios de su padre,6 de hecho, quería convertirse en ingeniero, pero la Escuela de Ingeniería Militar solo aceptaba hijos de la nobleza.6 Fourier más tarde se alegró de no haber elegido ingeniería, porque según él le hubiera consumido mucho tiempo y lo hubiera distraído de su verdadero deseo: ayudar a la Humanidad.7

En julio de 1781, después de la muerte de su padre, Fourier recibió las dos quintas partes de su fortuna, evaluada en más de 200.000 francos.8 Esta repentina riqueza le permitió la libertad de viajar a través de Europa a placer.

En 1791 se muda de Besanzón, Doubs, Franco Condado, (Francia) a Lyon, Auvernia-Ródano-Alpes, (Francia) donde trabaja para el mercader M. Bousquet.9 Los viajes de Fourier lo llevan también a París, Isla de Francia, (Francia) donde trabaja como jefe de la Oficina de Estadísticas por unos meses. Fourier no estaba conforme con viajar para beneficio de otros. Con el deseo de obtener conocimientos en todo lo que pudiese, Fourier a menudo cambiaría de empleo y residencia para poder experimentar nuevas cosas.

Entre 1791 y 1816 trabajó en París, Isla de Francia, (Francia), en Rúan, Sena Marítimo, Normandía, (Francia). en Lyon, Auvernia-Ródano-Alpes, (Francia), Marsella, Bocas del Ródano, Provenza-Alpes-Costa Azul, (Francia) y Burdeos, Gironda, Nueva Aquitania, (Francia).10 Como viajante de negocios y agente de correo, no disponía de tiempo para sus investigaciones. Se queja de «servir a la picardía de los mercaderes» y de la estupefacción de las tareas «engañosas y degradantes».

Su modesta herencia lo convirtió en escritor. Para sus pensamientos tendría tres fuentes principales: la gente que conoció como viajante de negocios, los periódicos y la introspección. Su primer libro se publicó en 1808. En abril de 1834 Fourier se muda al apartamento de París, Isla de Francia, (Francia) donde morirá después el 10 de octubre de 1837 en París, Isla de Francia, (Francia).9

Ideas políticas y sociales.

Crítica de la civilización.

Fourier parte de una crítica a las posiciones que justifican y perpetúan el sufrimiento humano como es el caso del cristianismo, del conservadurismo o del nihilismo. Así pues en el cristianismo esta la imagen del pecado original. «Fourier encarna un singular momento del pensamiento occidental; lleva la crítica de la religión, elaborada por el movimiento filosófico, hasta consecuencias últimas y lógicas, hasta el rechazo de la moral familiar y de la jerarquía social tradicional y todo ello en un momento en que la reacción post-revolucionaria estaba en todo su apogeo e iba a frenar por mucho tiempo buena parte de las conquistas intelectuales del siglo XVIII.»1 En esta línea argumentativa ubicaba la palabra civilización la cual siempre usaba en forma peyorativa. Denunciaba a la civilización como la forma social contemporánea que había que superar. En esta forma Fourier trascendía el economicismo de gran parte del pensamiento socialista de ese entonces y posterior. Así pues no solo criticaba las estructuras económicas del capitalismo sino la moral entera de la sociedad contemporánea y las costumbres.

Debido a que rechazaba esta moral pesimista y enfocada en el dolor proponía una enfocada en la felicidad en la cual se entendía a la felicidad como satisfacción de los sentidos y como placer. Todo esto iba contra lo que él llamaba masoquismo «mental».1 Así pues algo que fue blanco fundamental de su crítica fue la estructura de familia nuclear promocionada por el cristianismo, las comunidades campesinas y el capitalismo de ese entonces. Decía que esa estructura era al mismo tiempo absurda económicamente y absurda pasionalmente. Lo primero era porque la unidad económica de la familia no puede por sí sola proveer para la sustentación de todos los envueltos en ella y se necesitaba una mayor cooperación entre un mayor número de personas así como el trabajo cooperativo de un mayor número de personas que se desperdicia a veces en el trabajo familiar de parcelas pequeñas. Lo segundo era porque Fourier decía que el vivir con la misma gente toda la vida, todo el tiempo y peor en el caso de la pareja, el mantener una relación amorosa / sexual con la misma persona toda la vida condenaba a los envueltos en ella a la monotonía y al aburrimiento así como al conformismo y evitaba un mayor desarrollo de la personalidad que hubiera sido posible en relaciones más múltiples de diversa duración.

En esta forma la sociedad tendría una muy clara base de hipocresía o una estructura básicamente hipócrita. Esto debido a que se tiene una constante contradicción entre palabras y acciones, así como entre deberes y aspiraciones. Así pues en realidad los individuos desean la realización de los deseos, pero se reprimen y recurren a la moral para autojustificarse y reprimir a los que sí quieren perseguir sus deseos o como diría Fourier pasiones.1

En contra de esta moral, la cual atraviesa tanto el ámbito doméstico como el del trabajo, la economía y la política; Fourier abiertamente afirma que las pasiones no son nocivas sino en realidad parte fundamental de la naturaleza humana y así mismo ámbitos necesarios para la expansión de la personalidad.1

Fourier también denunció la explotación de que eran objeto los obreros, las mujeres y niños y la desigualdad social en su época. Fue el primero que llegó a afirmar por ejemplo que «el grado de emancipación de la mujer en una sociedad es el barómetro general por el que se mide la emancipación general».

Las pasiones y el libre desarrollo de la personalidad.

Hakim Bey en la siguiente cita resume la crítica de Fourier a lo que llamó «despectivamente» civilización:

Las miserias de la Civilización han desviado a la Tierra y a la humanidad de su propio destino en un sentido literalmente cósmico. La Pasión, la cual hemos aprendido a ver como “el mal”, es de hecho, virtualmente, el principio divino. Los seres humanos son estrellas microscópicas, y todas las pasiones y deseos (incluyendo los “fetiches” y las “perversiones”) son por naturaleza no solamente buenas, sino necesarias para la realización del destino de los humanos. En el sistema de Armonía de Fourier todas las actividades creativas incluyendo a la industria, la artesanía, la agricultura, etc. surgirán de la liberación de la pasión ésta es la famosa teoría de la “labor atractiva”. Fourier sexualiza el mismo trabajo la vida del Falansterio es una continua orgía del sentimiento intenso, del pensamiento y de la actividad, una sociedad de amantes y salvajes entusiastas. Cuando la vida social de la Tierra es armonizada, nuestro planeta volverá a incorporarse al universo de Pasión y se experimentaran vastas transformaciones en la forma del cuerpo humano, en el tiempo atmosférico, en los animales y plantas, incluso en los océanos.

Fourier afirmaba que las pasiones son impulsos y necesidades que pueden ser desarrolladas. Contra los críticos que afirmaban que un desenfreno irracional de las pasiones podía ser algo potencialmente suicida, Fourier advertía que un completo abandono a estas sólo podía realizarse en armonía y en hacerlo en civilización es peligroso. Así mismo contra los críticos que decían que las pasiones pueden ser también destructivas de los otros o malignas, él decidió hacer una tendencia de pasiones o instancias pasionales armónicas y otras subversivas. Las primeras cuando se realizan no hieren a otros o hasta les puede ayudar a realizarse, las segundas pueden herir a otros o limitarlos. Fourier afirmaba que en la restricción actual que crea envidia y escasez de oportunidades de autorrealización se tiende irremediablemente hacia el conflicto. En un estado de libre expresión de la personalidad y de superación de esta escasez el conflicto irremediablemente se reduce si no se elimina. Por otro lado él propone un esquema en el cual habría unas pasiones «distributivas» que eliminan el conflicto y también evitan el aburrimiento.

Derechos de las mujeres.

Representantes del socialismo utópico como Henri de Saint Simon y Fourier se ocuparon de la situación de las mujeres y el reconocimiento de sus derechos en contraste con otros socialistas de su época como Proudhon que no fueron simpatizantes del feminismo.11 En su proyecto de una sociedad socialista justa y feliz incluían a su modo la emancipación de la mujer por medio de lo que debía ser la emancipación total de la sociedad. Fourier pretendía liberar de represiones la naturaleza humana y vivir más de acuerdo al propio placer. Entre las ideas que planteó en sus obras que en la actualidad resultan válidas está la defensa de que cada cual elija su trabajo según su vocación.11 Consideraba que las profesiones importantes debían estar abiertas a las mujeres y que la selección debía realizarse en función de habilidad y capacidad de las personas y no en razón del sexo. Hablaba de las mujeres como individuos y no como la mitad de una pareja.

De Fourier es la célebre frase de que la situación de las mujeres es un indicador del nivel de civilización de la sociedad.12

Se ha observado que el grado de civilización que las diferentes sociedades han alcanzado siempre ha sido proporcional al grado de independencia del que han gozado en ella las mujeres.

Charles Fourier consideraba que el matrimonio «tradicional» podía lesionar los derechos de las mujeres como seres humanos y nunca se casó.13

Por otro lado reconocía que hombres y mujeres tienen una amplia gama de necesidades y preferencias sexuales que pueden cambiar a lo largo de su vida incluyendo la sexualidad entre personas del mismo sexo.

El cooperativismo como alternativa.

«…no sacrifiquen la felicidad de hoy a la felicidad futura. Disfruten del momento, eviten toda unión de matrimonio o de interés que no satisfaga vuestras pasiones desde el mismo instante. ¿Por qué van a luchar por la felicidad futura, si ella sobrepasará vuestros deseos, y no tendrán en el orden combinado más que un solo displacer, el de no poder doblar la longitud de los días, a fin de dar abasto al inmenso círculo de goces que deberán recorrer.»

C. Fourier,“Aviso a los civilizados respecto a la próxima metamorfosis social”,

Ante ese panorama Fourier planteaba una alternativa cooperativista. Si se permitiera a los individuos realizar libremente sus inclinaciones o pasiones se produciría un estado de equilibrio entre todos, o como lo llamó, armonía. Fourier aseguraba con base en esa tesis que era posible establecer una sociedad justa, para lo cual propuso la fundación de falansterios (Comunidades); los beneficios obtenidos serían repartidos entre los miembros de la falange y los capitalistas que hubieran aportado dinero para su construcción. Quizás la cooperativa más famosa que impulsó fue la Coopérative des bijoutiers (Cooperativa de los joyeros) en Doré. Fourier pretendía convencer a los capitalistas para que proporcionaran los recursos necesarios para la construcción de Falansterios, pero ninguno de ellos aceptó su propuesta.

La Falange y el falansterio tendrían las siguientes características:

Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano. «Fourierismo». En lugar de los vastos centros que absorben las poblaciones, las aldeas, los caseríos, arrojados al azar en el mapa, mal catastrados, mal trazados sus límites, tan incoherentes en su distribución general como en su organización particular, la humanidad debe estar agrupada por comunidades, regulares por el número de sus habitantes, por su orden interior y por las condiciones de equilibrio en relación con otras comunidades, obedeciendo todas a leyes análogas. En el orden combinado o societario estas comunidades reciben el nombre de falange, palabra que significa una idea de conjunto, de unidad, de voluntad y de objeto. La falange debe estar compuesta de 400 familias (1.600 o 1.800 individuos, con arreglo a la densidad de las familias de 4,5). Las bases de esta asociación son:

1º Todos los habitantes de la comunidad, ricos y pobres, formarán parte de la asociación; el capital social lo constituirán los inmuebles de todos y los muebles y capitales aportados por cada uno a la sociedad.

2º Cada asociado a cambio de lo que aporte, recibirá acciones que representen el valor exacto de lo que haya entregado.

3º Toda acción tendrá hipoteca sobre la parte de los inmuebles que represente y sobre la propiedad general de la sociedad.

4º Todo asociado (se es asociado aun cuando no se posean acciones ni capital alguno) debe concurrir a la explotación del bien común, con su trabajo y con su talento.

5º Las mujeres y los niños entran en la sociedad con el mismo título que los hombres.

6º El beneficio anual, después de satisfechos los gastos comunes, será repartido proporcionalmente según las tres facultades productivas: capital, trabajo y talento. Los fourieristas suponen que esta organización producirá importantísimas y fecundas consecuencias, pues, por ejemplo, las 400 familias reunidas hallarían una gran ventaja en sustituir sus 400 hogares, que emplean a 400 mujeres, por una buena cocina dirigida por unas cuantas personas hábiles en el arte de cocinar; sus 400 graneros por uno bueno; sus 400 bodegas por una amplia y magnífica, &c., &c. La falange, o sea la reunión de 400 casitas, vendría con el tiempo a reunirse en un solo edificio; con 400 departamentos con dependencias comunes y particulares, y este gran edificio unitario recibirá el nombre de falansterio».

En esta forma, Fourier anticipa las propuestas posteriores del socialismo libertario en el edificar comunas de asociación voluntaria como base del sistema político que remplazaría al estado y al capitalismo. Así pues la propuesta del falansterio anticipa a posteriores como las de consejo obrero la comuna autónoma o el principio federativo usados por corrientes políticas posteriores.

Obras principales:

  • «Théorie des quatre movements» (Teoría de los cuatro movimientos) (1808), Fourier divide toda la historia anterior en cuatro fases: salvajismo, barbarie, patriarcado y civilización. Coincidiendo esta última fase con el capitalismo burgués del siglo XIX y cuyo origen remonta Fourier al siglo XVI y de la que llegaría a afirmar que este «orden civilizado eleva a una forma compleja, ambigua, equívoca e hipócrita todos aquellos vicios que la barbarie practicaba en medio de la mayor sencillez». También afirma en esa obra que «En la civilización, la pobreza brota de la misma abundancia».
  • «Traité de l’association doméstique-agricole» (Tratado de asociación doméstica y agrícola) (1822).
  • «Le nouveau monde industriel et societaire» (1829).
  • «Random anniversaire» (1833).
  • «La fausse industrie» (1835-1836).
  • «Las trompetas de Burón» (1837-2002)
  • Existe además una obra que no llegó a llevar a la imprenta «Le nouveau monde amoureux» (aunque editada muy póstumamente, en 1967). En esta se describía un estado de la sociedad en que las pasiones de unos individuos se combinarían con las de los otros, con lo cual dejarían de ser perversiones. En esta sociedad sería abolido el comercio, cáncer de la economía y causa del despilfarro y el parasitismo. El consumo se reduciría espontáneamente a lo esencial; la industria se reorientaría; el trabajo se organizaría en pequeñas comunidades y se distribuiría sobre la base de las aptitudes y deseos individuales. No resulta difícil entender por qué Marx y Engels, en el «Manifiesto del Partido Comunista» situaron a Fourier entre los socialistas utópicos.

Impacto intelectual y social del fourierismo.

Las ideas de Fourier tuvieron influencia en las revueltas populares conocidas como Revoluciones de 1848 a través de seguidores como Victor Considerant. En Estados Unidos en esa época se fundaron varias comunidades intencionales por seguidores usualmente inmigrantes europeos. Así pues tenemos a Utopía en Ohio, (Estados Unidos) La Reunión en Texas, (Estados Unidos) y La Falange Norteamericana en Nueva Jersey.

En la mitad del siglo XX, las ideas de Fourier interesaron a varios intelectuales socialistas que se encontraban fuera del mainstream marxista. Después de que los surrealistas rompieran con el Partido Comunista Francés, André Breton escribió el poema «Ode à Charles Fourier» en 1947. En el libro clásico de freudomarxismo de Herbert Marcuse de la década de los cincuenta «Eros y civilización» se menciona a Fourier como representante importante de una tradición utopista hedonista.

El 1967 Herbert Marcuse en la conferencia titulada «Das Ende der Utopie» Manifestaba lo siguiente: «No es por accidente que el trabajo de Fourier se está convirtiendo en tópico otra vez dentro de la intelligentsia avant-garde de izquierdas. Como Marx y Engels aceptaron, Fourier fue el único que hizo clara la diferencia cualitativa entre la sociedad libre y no libre. Y esto no lo hizo retroceder, como Marx en cambio todavía lo hacía, en el hablar en una sociedad posible en la cual el trabajo se convierte en juego, una sociedad en la cual hasta el trabajo socialmente necesario puede ser organizado en armonía con las necesidades liberadas genuinas del hombre.»

En 1969 la Internacional Situacionista citaba y adaptaba el escrito de Fourier «Avis aux civilisés relativement à la prochaine métamorphose sociale» en su texto «Avis aux civilisés relativement à l’autogestion généralisée».

Más recientemente Fourier ha influenciado los escritos de intelectuales anarquistas como Hakim Bey, Paul Goodman y Bob Black.

Véase también:

Bibliografía

  • Diccionario enciclopédico universal, Océano Color, ISBN 84-7764-7393-3
  • F. Engels (1892): Del socialismo utópico al socialismo científico.
  • Fourier, Ch. Œuvres complètes de Ch. Fourier. 6 tomes. Paris: Librairie Sociétaire, 1841-1848.
  • Gide, Charles; Rist, Charles (2000). «Charles Fourier». Histoire des doctrines économiques depuis les physiocrates jusqu’à nos jours (en francés). Paris: Dalloz. pp. 270-283. ISBN 978-2-247-04129-9.
  • E. Lehouck (1973): Fourier o la armonía y el caos
  • « Portrait : Charles Fourier (1772-1837) ». La nouvelle lettre, n°1070 (12 mars 2011): 8.
  • E. Screpanti & S. Zamagna (1993): An Outline of the History of Economic Throuht.

Referencias.

  1. a b c d e Lehouck 1973
  2. Ramos, María Dolores (1 de enero de 2002). Discursos, realidades, utopias: la construcción del sujeto femenino en los siglos XIX y XX. Anthropos Editorial. p. 321. ISBN 9788476586389. Consultado el 3 de marzo de 2016.
  3. [[Ana de Miguel|de Miguel, Ana]] (1995). «Mujeres y movimientos sociales del siglo XIX: sufragismo, socialismo y anarquismo». En Ministerio de Educación y Ciencia. Papeles sociales de hombres y mujeres. p. 60. ISBN 84-369-2767-2.
  4. Goldstein 1982, p.92.
  5. Varios (1 de enero de 2000). Léxico de la política. Flacso Mexico, SEP-Conacyt, FCE, Heinrich Böl. p. 242. ISBN 9789681661076. Consultado el 3 de marzo de 2016.
  6. a b c Serenyi 1967, p.278.
  7.  Pellarin 1846, p.14.
  8. Pellarin 1846, p.7.
  9. a b Pellarin 1846, p.236.
  10.  Pellarin 1846, p.235-236.
  11. a b Sau, Victoria (1 de enero de 1981). Diccionario ideológico feminista. Icaria Editorial. p. 125. ISBN 9788474260724. Consultado el 3 de marzo de 2016.
  12.  Tristan, Flora (1 de enero de 2003). Feminismo y socialismo: antología. Los Libros de la Catarata. ISBN 9788483191590. Consultado el 3 de marzo de 2016.
  13.  Modern Thinkers Principally Upon Social Science: what They Think, and why (en inglés). Belford, Clarke & Company. 1 de enero de 1880. Consultado el 3 de marzo de 2016.

Enlaces externos

Carlos Fourier  1772-1837

Carlos Fourier

Carlos Fourier. Fundador de la escuela de economistas reformadores, llamada Societaria o Falansteriana, Nació el 7 de abril de 1772 en Besanzón, Doubs, Franco Condado, (Francia) y murió el 10 de octubre de 1837 en París, Isla de Francia, (Francia), era hijo de un comerciante de paños, y estuvo empleado en varias casas de comercio hasta la edad de 60 años.

Se entregó muy joven a la vida solitaria y a investigaciones especulativas sobre la organización de la sociedad, Publicó sus ideas por primera vez en 1808 bajo el título de «Teoría de los cuatro movimientos», Se proponía en ella fundar un orden social en que todas las pasiones humanas, buenas o malas, encontrasen un lugar legítimo y una satisfacción que redundase en provecho general, en que todas las capacidades fuesen aplicadas y donde fuese un derecho y un atractivo para todos, y no una obligación penosa acudir al bienestar universal; y para este fin, quería asociar a los hombres en capital, trabajo y talento por grupos, series, después falanges, por medio de la “atracción apasionada”, que, según él, es la ley de la humanidad.

A pesar del poco éxito que tuvieron sus teorías, continuó desarrollándolas en el «Tratado de la asociación doméstica agrícola» (1822), en el «Nuevo Mundo industrial» (1829), y en «La falsa industria» (1835); creó en 1832, ayudado por algunos discípulos, el diario «El Falansterio» que vio la luz dos años seguidos, y que después de esta interrupción volvió a publicarse en 1836, bajo el título de la «Falange o diario de la ciencia social», cuya publicación no ha cesado después. Su doctrina poco fácil de comprender en sus obras, ha sido resumida y aclarada por M. V. Considerant, uno de sus discípulos, en un libro intitulado «Destino Social». Madama Gatti de Gamond publicó en 1838 «Fourier y su sistema»; pero esta obra no ofrece, según los falansterianos, sino una exposición defectuosa, (Diccionario Universal de Historia y Geografía, Establecimiento tipográfico de D. Francisco de Paula Mellado, Madrid 1847, tomo tercero, pág. 232.)

«Los primeros difusores de las doctrinas de Fourier fueron Joaquín Abreu, Sixto Cámara y Fernando Garrido, el cual, en 1846, fundó en Madrid una revista, «La Atracción», primera publicación socialista de España. Entre los adeptos más destacados de las doctrinas de Cabet, figuraron Abdón Terradas y Monturiol, quienes en 1847 editaron en Barcelona, Cataluña, (España) el semanario socialista «La Fraternidad», en cuyas páginas se publicó la conocida obra de Cabet «Viaje a Icaria.« (Historia del Partido Comunista de España, París, Isla de Francia, (Francia) 1960, páginas 11-12.)

Modelo de falansterio proyectado por Carlos Fourier

Es curioso advertir como el interés por los delirios utópicos de Fourier han venido arreciando históricamente en momentos precisos de inestabilidad política. Por ejemplo, en la España del tardofranquismo, la moda furierista es indisociable de la Guerra Fría y de la propaganda anticomunista y antisoviética, inducida tanto por la derecha socialista como por el socialfascismo, para incrementar la estupidez y la confusión (interés incentivado generosamente en el que algunos neoapóstoles furieristas fueron mercenarios ideológicos conscientes y otros meros apologistas tontos o ingenuos arrastrados por la propaganda).

En 1902 «De gran interés y oportunidad indiscutible resulta este último libro publicado por la acreditada casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. Hoy que en todas las naciones del mundo preocupa tanto el problema socialista, es de gran interés para amigos y adversarios conocer la Doctrina social de Fourier, el apóstol de las doctrinas socialistas. El Falansterio de Fourier, con la Doctrina social íntegra del mismo, forma el volumen XI de la “Biblioteca de Filosofía y Sociología”.» (Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 10 de febrero de 1902, pág. 71.)

«Doctrina social: El Falansterio. De gran interés y oportunidad indiscutible resulta este último libro, publicado por la acreditada casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. Hoy que en todas las naciones del mundo preocupa tanto el problema socialista, es de gran interés para amigos y adversarios conocer la Doctrina social de Fourier, el apóstol de las doctrinas socialistas. El Falansterio de Fourier, con la Doctrina social íntegra del mismo, forma el volumen XI de la “Biblioteca de Filosofía y Sociología”.» (Nuestro Tiempo, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) marzo 1902, año II, nº 15, pág. 514-515.)

«Carlos Fourier. «Doctrina social. El Falansterio». Casa editorial del Sr. Rodríguez Serra. (Flor Baja, 9, Madrid, Comunidad de Madrid, (España)). Precedida de un prólogo del Sr. Novella acaba de aparecer en castellano la traducción de dos famosas obras del original escritor francés C. Fourier. Nada hemos de añadir a lo mucho que se ha escrito sobre éstas. Su autor, utopista desequihbrado para unos, o sobrenatural vidente para otros, pero siempre pensador original lleno de chispazos de indiscutible genialidad, es harto popular para que intentemos verter acerca de él nuevas ideas. En las obras que de él publica el Sr. Serra encuéntranse expuestas sus teorías filosóficas y sociales y todo su complicado sistema falanstérico, y no hay para qué decir que muchas de estas teorías, en lo que tienen de razonable y elevado prescindiendo de su exposición extravagante, son de interés marcadísimo para todo amante de la humanidad, y de interés, por tanto, para todo lector teosofista.» (ΣOΦÍA, Revista Teosófica, Madrid, Comunidad de Madrid, (España), mayo 1902, nº 5, pág. 199.)

Como la actualidad del problema obrero es permanente, siempre ofrecen algún interés los libros que tratan de las llamadas cuestiones sociales. De varios de los publicados últimamente voy a dar sucinta noticia. Citaré el primero el extracto de Fourier publicado en la Biblioteca de Filosofía y Sociología, que edita Rodríguez Serra, con el título: Doctrina Social. El Falansterio. Esta traducción-resumen está hecha discretamente por D. José Menéndez Novella. No es la primera vez que se publica un extracto de la doctrina de Fourier en castellano. Entre mis recuerdos bibliográficos aparece cierto volumen consagrado también a dar idea de la utopía falansteriana, que se publicó por la época de la revolución de Setiembre y que alguna vez aparece todavía por los puestos de libros de las ferias. Pero esta edición con el tiempo se ha hecho rara y no hará seguramente competencia a la de Rodríguez Serra. Por lo mismo que es un olvidado, Fourier es ahora una novedad. Casi se le puede considerar como un ánima del otro mundo, que vuelve a visitar a los mortales. Entre él y las modernas concepciones sociales hay inmensa distancia. Aunque publicó sus obras en el siglo XIX, era en realidad, como dice Courcelle Seneuil, un hombre del siglo XVIII, imbuido del pseudo clasicismo especial de la época en lo social y en lo político.

Su falansterio tiene cierto parentesco con los planes de organización de los filósofos y los legisladores antiguos, para los cuales la obra de reforma social era mucho más fácil que pueda perlo para un pensador moderno, entre otras razones, porque se aplicaba a Estados muy reducidos. El Estado antiguo era una ciudad con dependencias.

La primitiva república romana tenía según Ferrero, una población libre de 150.000 almas. Depende hoy más gente de D. Alberto Aguilera que la que dependía de los primeros cónsules y de los antiguos reyes. Aplicado a un territorio exiguo, a una población muy corta, el problema se simplificaba mucho; pero el Estado moderno, con sus grandes territorios y sus masas crecientes de población, tiene una dinámica mucho más complicada, aun sin hablar de otras causas.

La concepción de Fourier pertenece a la utopía, aunque no falten en ella adivinaciones filosóficas y observaciones sociales de valor. Desde el punto de vista estético, tiene el atractivo de todos los sistemas completos que forman un conjunto simétrico.

Su falansterio es una construcción de majestuosa apariencia, pero inhabitable. Fourier era un convencido: se ve en sus polémicas con Saint Simón y Owen, en el tono de sus obras, a las que esto da la fuerza sugestiva y contagiosa de la fe. Por eso fundó escuela. Era de los sociólogos que ven ante todo en la organización social un problema del conocimiento; creía que la humanidad había vivido en el error, y que una vez que el falansterio se diera a conocer por sus resultados, se propagaría fácilmente por el mundo. Tiene su puesto en la historia de la filosofía social y política, y el libro publicado por el Sr. Rodríguez Serra es curioso y merece leerse. Para unos será una novedad, para otros un recuerdo de cosas conocidas, pero poco frecuentadas.» (Eduardo Gómez de Baquero, «Por el mundo obrero…», «El Imparcial», Madrid, Comunidad de Madrid, (España) sábado 31 de mayo de 1902, pág. 5.)

«Doctrina social. El Falansterio», por Carlos Fourier. Traducción de José Menéndez Novella. Madrid, Comunidad de Madrid, (España) B. Rodríguez Serra, editor. Con este título se acaban de publicar en la «Biblioteca de filosofía y sociología» (tomo 11), unos extractos del «Tratado de la Asociación doméstico-agrícola o teoría de la unidad universal», del famoso socialista francés. Yo, que en asuntos sociales soy individualista convencido, pero a la vez admirador de los ideales socialistas y muy respetuoso con ellos, creo que la publicación de que se trata es una delicada equivocación del traductor y de la casa editorial. Revelaría lo contrario a mis convicciones si negase la necesidad en que estamos de contrarrestar el individualismo rutinario y culpable de nuestros mediocres políticos con la divulgación de obras hechas con criterio socializador y humanitario. Pero esto se consigue mejor ateniéndose a trabajos y autores recientes que, ni niegan los postulados individualistas, ni se apartan en sus conclusiones de la experiencia histórica o actual. Y endilgar a un público práctico y positivista en asuntos de esta naturaleza una serie de fantasías místicas y descabelladas, en las que, si a veces chispea un gran talento, no se descubre nunca un sincero espíritu de investigación, es acarrear a la buena causa más perjuicios que ventajas, acabando de aumentar la confusión, que nos hace no entendernos casi nunca en materias sociales.

Juzgue quien de esto esté convencido si la popularización del libro de Fourier lleva razonable fin. La primera parte es un conjunto de delirios, fundados en una teodicea como jamás hombre alguno discreto ha concebido. En su specimen de la “evolución social”, Fourier sostiene, entre otras cosas, la intolerancia religiosa, la reglamentación absoluta de la vida civil y la necesidad de destruir la civilización, es decir, el progreso, para consolidar el orden en la sociedad. Al estudiar el “papel de las pasiones” viene a parar a un optimismo monstruoso, que las sociedades más degradadas rechazarían como una abominación. Y en lo que toca a la “educación” y a la “condición de las mujeres”, nos quedamos sin saber si el autor es feminista o antifeminista, ni cuáles son sus opiniones pedagógicas.

La segunda parte no es tan irracional, y con todo, mueven a risa los despropósitos de Fourier, empeñado en llegar a la “policía y unión del género humano” por la industria, que ha sido justamente el elemento provocador de su división y de su autonomía. Todo se le vuelven a Fourier vicios y errores.

La libre concurrencia parécele causa del feudalismo mercantil; la producción agrícola fuente de pobreza general; la labor manufacturera nido de monopolios y concentraciones económicas en las grandes ciudades. Decidme por gracia si con tales prejuicios y con semejantes teorías podrá nunca simpatizar el verdadero socialismo, el socialismo moderno, que se funda precisamente, como ha declarado Unamuno, en esos supuestos “vicios” de que es responsable la evolución social.

En la tercera parte, que se ocupa del «Falansterio» propiamente dicho, produce indignación la frescura con que asevera y dogmatiza Fourier en problemas donde, aun después de los progresos de la ciencia, ni los más autorizados y competentes sociólogos se atreven a fallar y apenas hablar. Su teoría de la asociación es de lo más absurdo que he leído en mi vida. Para no citar más que un ejemplo, basta fijarse en el modo cómo concibe y explica el “equilibrio de la población”. Según él, “el hombre se rebaja al nivel de los insectos cuando crea esos hormigueros de niños, que se verán reducidos a devorarse mutuamente por exceso de número”. En tal sentido, aconseja que se desee tener un número pequeño de hijos. Llega a pedir que se limite dicho número en proporción con los medios de subsistencia.

Como desde Fourier acá los franceses han llevado a cabo esta tarea demasiado concienzudamente, y los resultados nos los está demostrando la estadística con la triste elocuencia de los hechos, no hay para qué recocer la berza cien y mil veces. El libro de Fourier es una obra mala, inspirada en una concepción bestial del hombre y de su vida e indigna de haber sido vertida en nuestro idioma por un escritor tan escogido y pulcro como el Sr. Menéndez Novella, y publicada por un editor tan “intelectual” y tan modernista como el señor Rodríguez Serra. (Edmundo González-Blanco, Nuestro Tiempo, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) agosto 1902, año II, nº 20, pág. 180-281.)

Bibliografía de Carlos Fourier en español

1841 «Fourier, o sea Explanación del sistema Societario», Barcelona, Cataluña, (España) 1841 (Imprenta y litografía de J. Roger), XII+410 págs.

1842 «Escuela Societaria. Bases de la política positiva. Manifiesto de la Escuela Societaria fundada por Fourier», Sevilla, Andalucía, (España) 1842 (Imprenta de Alvarez y Compañía), 165 págs.

Teoría societaria de Carlos Fourier o Arte de establecer en todo país asociaciones doméstico-agrícolas de cuatrocientas a quinientas familias, exposición sucinta por Abel Transon…, traducida por P. L. Huarte, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1842 (Imprenta Calle de Bordadores), 87 págs.

1902 «Doctrina social: el falansterio», traducción del francés por José Menéndez Novella, Biblioteca de Filosofía y Sociología, 11. Madrid [sin fecha, pero 1902] (B. Rodríguez Serra), 248 págs. (Reedición en Biblioteca histórica del socialismo, 9; Júcar, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1980, 125 págs.)

1972 «El nuevo mundo amoroso» (manuscrito inédito, texto íntegro, traducción de Martí Soler y Aurelio Garzón del Camino), Siglo XXI de España, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1972, 466 págs.

1973 «La armonía pasional del nuevo mundo», Prólogo de Eduardo Subirats y Menene Gras, Taurus (Ensayistas 97), Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1973, 293 págs.

1974 «El extravío de la razón, demostrado por las ridiculeces de las ciencias inciertas». Traducción de Ángeles Martínez. Grijalbo (Colección Hipótesis, 10), Barcelona, Cataluña, (España) 1974, 148 págs.

«Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales», Traducción y prólogo de Francisco Monge, Barral (Biblioteca de Rescate, 2), Barcelona, Cataluña, (España) 1974, 370 págs.

1975 «El nuevo mundo amoroso». Traducción de Daniel de la Iglesia. Fundamentos (Colección Espiral, ensayo, 10), Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1975, 600 págs.

1989 «El nuevo mundo industrial y societario», Fondo de Cultura Económica, México 1989, 512 págs.

Sobre Carlos Fourier en español

1854 Hipólito Regnaud, «Mancomunidad: vista sintética sobre la doctrina de Carlos Fourier», Traducción de Israim, Revista Médica, Cádiz, Andalucía, (España) 1854, 212 págs.

1940 F. Armand & R. Maublanc, «Fourier», Fondo de Cultura Económica, México 1940, 460 págs.

1970 Mirella Larizza, «Presupuestos del anarquismo de Charles Fourier», Zero (Colección Lee y Discute, serie V, 17), Algorta (Vizcaya, País Vasco, (España)) 1970, 49 págs.

1973 Carlos Sánchez-Casas, «Fourier, ¿socialista utópico?», Zero (Promoción del Pueblo, serie P, 60), Bilbao, Vizcaya, País Vasco, (España) 1973, 112 págs.

1973 Emile Lehouck, «Fourier o la armonía y el caos», traducción de María Teresa López Pardinas, Labor (Maldoror 18), Barcelona, Cataluña, (España) 1973, 269 págs.

1975 «El fourierismo en España», Selección de textos y estudio preliminar de Antonio Elorza, Ediciones de la Revista de Trabajo (Clásicos 9), Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1975, 362 págs.

1980 «Actualidad de Fourier», Coloquio bajo la dirección de H. Lefebvre, Monte Avila, Caracas, (Venezuela) 1980, 253 págs.

1986 Diego Sevilla Merino, «Utopía y educación en Charles Fourier», Promolibro, Valencia, Comunidad Valenciana, (España)1986, 223 págs. (otra edición en microfilm: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga, Andalucía, (España) 1988, Tesis doctoral en 7 microfichas, 611 fotogramas).

1990 Antonio Cabral Chamorro, «Socialismo utópico y revolución burguesa: el fourierismo gaditano, 1834-1848», Diputación de Cádiz, Cádiz, Andalucía, (España) 1990, 194 págs.

1995 Arantza Campos Rubio, «Charles Fourier: pasión y utopía, de la atracción pasional a la política sexual», Universidad del País Vasco, País Vasco, (España) (Serie tesis doctorales), Lejona (Vizcaya, País Vasco, (España) 1995, 289 págs.

1997 Roland Barthes, «Sade, Fourier, Loyola», Traducción de Alicia Martorell, Cátedra, Madrid, Comunidad de Madrid, (España) 1997, 211 págs.

Sobre Carlos Fourier, furierismo y falansterianos en el proyecto Filosofía en español

1855 Socialismo en la Enciclopedia Moderna

1886 Carlos María Fourier en el Diccionario de ciencias eclesiásticas

1886 Falansterianos, Falansterio en el Diccionario de ciencias eclesiásticas

1891 Francisco María Carlos Fourier en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

1891 Fourierismo en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

1924 Carlos Fourier en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana

1965 Fourier en el Diccionario Soviético de Filosofía